por Fco. Javier Barrera
Me ha correspondido, por razones de antigüedad en el proyecto, hacer esta breve presentación del universo Mundo Cruel.
Mundo
Cruel nació de mi mano como continuación de una campaña oficial de
Savage Worlds, Evernight, pero poco a poco fue alejándose de la
ambientación original al introducir de manera progresiva elementos de
cosecha propia y del grupo habitual de jugadores. Aventuras, mapas,
ilustraciones, personajes jugadores y personajes no jugadores cuya fama
se extendía incluso a otros escenarios poblaron las leyendas de Mundo
Cruel.
Sin embargo, con el paso de los años,
nació la necesidad de deshacerse de una vez por todas de todos aquellos
elementos heredados de la campaña original para tratar de crear un
producto nuevo o, por lo menos, algo más propio.
No
era una tarea fácil hasta ahora y el paso definitivo que puede inclinar
la balanza hacia la consecución del proyecto ha sido abrir el mismo a
la colaboración de otros autores que pudieran sumar sus conocimientos y
su talento para dar a luz un universo distinto, mucho más rico y
profundo que el que yo tenía en mente, sin perturbar un ápice la esencia
original de mi propuesta: una épica oscura, un tanto despiadada -el
mundo es cruel- pero empapada de sentido del humor.
Así pues, Mundo Cruel es un universo pensado hasta hoy por tres autores: Antonio Salamanca, Francisco Molina y un servidor.
Poco
a poco os iremos revelando la historia de MC y las claves para
desentrañar sus misterios a través de la publicación de aventuras
cortas, campañas y lo que nosotros llamamos "destellos": narraciones
cortas, descripciones breves de lugares o hechos, mapas, ilustraciones,
etc. que irán aportando información.
Valga esta pequeña historia como adelanto:
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DE LOS ORÍGENES DE MUNDO CRUEL
Érase una vez que se era, que en el origen de los tiempos los dioses habitaban nuestro mundo en hermosas ciudades construidas como reflejo de su personalidad, querencias o vulgares apetitos. Cada uno de ellos había creado una raza de servidores a las que había dotado de alguna característica que les era propia para poder emplearlos en diferentes tareas o para simplemente distinguirlos con mayor facilidad. En muchos universos ocurre algo semejante y es propio, dicen las abuelas, de los dioses.
Pero llegó un día en que uno de los dioses, Solar el Luminoso, decidió que la esclavitud de las razas no era correcta y decidió liberarlas y destruir a todos aquellos dioses crueles, construyendo la máquina de guerra más poderosa creada hasta entonces: los hombres.
Y de la mano de los hombres, belicosos, resistentes y flexibles se impuso al resto de dioses, ganándose a unos, rindiendo a otros y destruyendo a los demás. Una vez hubo vencido, entregó el mundo a los hombres para que éstos lo gobernaran y ascendió al cielo a recobrarse de la larga guerra junto a aquellos que habían peleado a su lado, dejando una rueda ardiente y luminosa como testimonio de su poder, que velaría por todas las criaturas. Pero no los abandonó, ya que el bendito Solar juró regresar cuando sus hijos le necesitaran.
Y de esta manera se creó el Primer Gran Imperio de los Hombres, el Imperio Sochara, el más poderoso y extenso de la historia de MC. Y gobernaron benévolamente sobre Mundo Cruel y todas sus razas durante más de mil años bajo la eterna vigilancia de Solar hasta que el tiempo, el hastío o quién sabe si un sueño del mismo dios acabó desintegrando aquel imperio. Su territorio se dividió en muchos reinos y repúblicas, de hombres y de otras razas, y el mundo fue muy diferente de lo que había sido. Pero Solar no regresó porque aún no había nacido un hombre digno de recibir su bendición. Los hombres y las razas olvidaron su existencia y crearon falsos ídolos a los que adorar, recuperando costumbres y ritos que celebraban a dioses extraños y oscuros, llevando la corrupción y la ignominia a MC.
Pasaron siglos de caos y guerras interminables, pues los reinos y las repúblicas se enfrentaban. Las plagas se cebaban en la población y las tinieblas lo cubrían todo, hasta que el dolor de los hombres y las razas fue tal que llegó hasta el olvidado dios dormido. Todos aquellos desastres provocaron que Solar despertara y buscara un hombre virtuoso para revelarse de nuevo y ese hombre fue el joven príncipe Balús, heredero por aquel entonces de un pequeño reino. Solar se le apareció y le encomendó la tarea de devolver la luz a Mundo Cruel y para ello le otorgó parte de su poder divino. De la unión del genio del joven príncipe y del poder del dios nació el Gran Reino de Balús, germen del que sería el Segundo Gran Imperio de los Hombres: el Imperio de Balús.
Y de la mano de los hombres, belicosos, resistentes y flexibles se impuso al resto de dioses, ganándose a unos, rindiendo a otros y destruyendo a los demás. Una vez hubo vencido, entregó el mundo a los hombres para que éstos lo gobernaran y ascendió al cielo a recobrarse de la larga guerra junto a aquellos que habían peleado a su lado, dejando una rueda ardiente y luminosa como testimonio de su poder, que velaría por todas las criaturas. Pero no los abandonó, ya que el bendito Solar juró regresar cuando sus hijos le necesitaran.
Y de esta manera se creó el Primer Gran Imperio de los Hombres, el Imperio Sochara, el más poderoso y extenso de la historia de MC. Y gobernaron benévolamente sobre Mundo Cruel y todas sus razas durante más de mil años bajo la eterna vigilancia de Solar hasta que el tiempo, el hastío o quién sabe si un sueño del mismo dios acabó desintegrando aquel imperio. Su territorio se dividió en muchos reinos y repúblicas, de hombres y de otras razas, y el mundo fue muy diferente de lo que había sido. Pero Solar no regresó porque aún no había nacido un hombre digno de recibir su bendición. Los hombres y las razas olvidaron su existencia y crearon falsos ídolos a los que adorar, recuperando costumbres y ritos que celebraban a dioses extraños y oscuros, llevando la corrupción y la ignominia a MC.
Pasaron siglos de caos y guerras interminables, pues los reinos y las repúblicas se enfrentaban. Las plagas se cebaban en la población y las tinieblas lo cubrían todo, hasta que el dolor de los hombres y las razas fue tal que llegó hasta el olvidado dios dormido. Todos aquellos desastres provocaron que Solar despertara y buscara un hombre virtuoso para revelarse de nuevo y ese hombre fue el joven príncipe Balús, heredero por aquel entonces de un pequeño reino. Solar se le apareció y le encomendó la tarea de devolver la luz a Mundo Cruel y para ello le otorgó parte de su poder divino. De la unión del genio del joven príncipe y del poder del dios nació el Gran Reino de Balús, germen del que sería el Segundo Gran Imperio de los Hombres: el Imperio de Balús.
O al menos así reza el Credo de la Iglesia de Solar, dictado por el mismo Solar a través del Emperador.
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DE LAS RAZAS EN MUNDO CRUEL
MC es un universo multirracial y multicultural. El Imperio de
Balús, donde centramos nuestras aventuras –y que incluye las zonas de frontera-,
es un imperio dominado por la raza humana, pero junto a ésta conviven decenas
de diferentes razas, con mayor o menor presencia en el territorio.
El Gran Filipo, consciente de la necesidad de cohesionar un
Imperio que soñaba con extenderse a todo MC, favoreció la integración de las
diferentes naciones, razas y culturas que iba absorbiendo -muchas veces por
propia voluntad- en el seno del Imperio. Sus habitantes no suelen establecer
diferencias entre ellos más allá de enorgullecerse de sus orígenes, y se
consideran “balusíes” por encima de todo, y devotos de Solar. Una vez que el
Emperador abraza un territorio, todos los habitantes son considerados sus
hijos, con iguales derechos sobre el papel.
Que la mayor parte de los cargos administrativos y militares
sean ocupados por humanos se debe al hecho de que se originó a partir del
antiguo reino de Balús, un reino formado casi exclusivamente por humanos, y el
Imperio aún es joven.
Así pues, muchas otras razas o culturas habitan en el seno
del imperio. Algunas habitan en territorios muy concretos, como los draguenos
de los pantanos del Este, o los focs de las Islas de Plata. Otras se han
expandido, si bien en menor número que los humanos, a lo largo y ancho del
territorio, viviendo junto a los humanos en casi cualquier rincón del Imperio,
como los Serami, los Corcovados o los Pecs.
Más allá de los límites del Imperio se hallan otros reinos,
razas y culturas pero de éste y de otros asuntos hablaremos más adelante.
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DE LA IGLESIA DE SOLAR Y LA DOBLE SINGULARIDAD DE LA RAZA HUMANA
El Emperador es la encarnación de Solar en la tierra. Solar
se manifiesta exclusivamente a través de los descendientes de Balús,
concediéndoles un poder que todos creían que había abandonado la faz de MC
desde que los dioses fueron derrotados por Solar hace milenios. Cuando Solar se
reveló a Balús, bisabuelo del actual Emperador Carlos, fue porque había nacido
el único hombre capaz de manifestar su poder en la tierra. Alrededor de la
figura del Emperador se construyó la poderosa Iglesia de Solar, que ha hecho
posible la gloria del Imperio.
La Iglesia de Solar se considera a sí misma instrumento y
signo de la unión íntima del Imperio con Solar y de la unidad de todas las
razas de hombres que pueblan el mundo, por cuanto se declara fundada y en
completa comunión con el Emperador y sus descendientes, encarnaciones de Solar en
este mundo.
El Emperador tiene la facultad de entregar parte de su poder
a otros hombres: los Consagrados; hombres y mujeres de especial virtud capaces
de actuar de recipiente del inmenso poder con el que el Emperador ha sido
ungido. Estos consagrados gozan durante un tiempo limitado de una fracción del
poder de Solar y lo tamizan para que se manifieste de diferentes formas, según
la virtud de cada consagrado. A los valientes, los dota de la capacidad de
emplear poderosas armas que encierran parte de su poder devastador; a los
sabios, les otorga el poder de ver el futuro, de curar el cuerpo y el alma o de
entender los misterios de la naturaleza.
El hecho de haber elegido a la raza humana para encarnarse se
debe a que fueron concebidos en el origen del mundo directamente en su seno y
les otorgó una doble singularidad:
La capacidad de manifestar el poder de Solar es la primera
singularidad de los humanos, pues el poder de Solar no se manifiesta a través
de ninguna otra raza.
Que tal manifestación de su poder cambie según la virtud del
humano que actúe de recipiente, es la segunda singularidad de la raza.
Tan sólo el Emperador tiene una tercera singularidad, ser el
único capaz de recibir el poder directamente del Dios.
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