miércoles, 19 de noviembre de 2014

Destellos de Mundo Cruel: El Rey Zerbín

Por X. Molina


<<Nadie conoce con exactitud qué empujó al desdichado rey Zerbín a la locura…>> (Crónicas de los Reyes de Balús – Rey Zerbín 2,4)


Lo que en principio debió ser, como hijo y heredero del gran rey Balús, un reinado duradero y glorioso, acabó por convertirse en un corto y aciago gobierno. A los pocos meses de ascender al trono el rey Zerbín dio las primeras muestras de que algo no acababa de funcionar correctamente en su cabeza, los temidos demonios de la mente se habían apropiado de su entendimiento. Así pues, la locura se apoderó rápidamente de la débil mente del rey, haciendo que cada vez fuera más difícil encontrar algún sentido a sus acciones y mucho menos a su toma de decisiones. Era una evidencia, el rey había perdido el juicio. Una de las excentricidades más recordadas del rey Zerbín era sin duda las famosas cenas que organizaba a diario en su palacio. En LAÛRBE nadie se atrevía a rechazar una invitación para cenar del excéntrico rey. Lo mejor que podía esperar el asistente era una velada de lo más desagradable; lo peor una muerte particularmente indigna. Una de sus diversiones predilectas era invitar a cenar a hombres muy gordos, normalmente ricos comerciantes de la ciudad o algún que otro noble varón de la corte. Los hacía acomodarse en grandes almohadones llenos de aire que eran pinchados de improviso por unos sirvientes, haciendo rodar por el suelo a los obesos comensales. A otros invitados se les servía comida artificial elaborada con cristal, mármol y marfil, que por supuesto debían saborear ante el regocijo del rey.

1 comentario:

  1. Qué majo el rey!! Para cuándo vais a preparar una cenita dicharachera como estas?!! :p

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